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Desde Ourense, España, el señor Miguel
Bernárdez presenta la realización y el desarrollo constructivo de su horno de "barro".
(...) finalmente con todo el orgullo del padre de la "criatura",
Miguel expone sintéticamente los principales tecnicismo con que construyó su
horno:
Hice el horno tomándome mucho tiempo y con mucha ilusión y quisiera pensar
que aunque no sea perfecto, sí sea operativo.
"Te cuento que tiene un diámetro de 85 cm y 46 de alto. La boca es de 40 de
ancho por 25 de alto en forma de arco. Está hecho con ladrillo refractario
cortado en mitades. Fui cerrando la bóveda con ayuda de un, creo que se llama
compás 3D que me hice pegando con cemento refractario y después de secado
revoqué con el mismo por las juntas de los ladrillos. Después di una capa de
barro hecho con tierra refractaria y paja, al secarse di una segunda capa. Una
tercera la hice con cemento refractario y para terminar, con otra de barro y
paja por aquello de que me gustaba el acabado que daba. (...) estoy pensando en
seguir engrosando con más barro. Ahora tiene 12,5cm de los ladrillos más 1cm.
más o menos cada capa igual a unos 17 cm de grosor. La tapa la hice con dos
chapas de hierro de 3mm unidas dejando espacio entre una y otra para que no
quemara tanto al contacto con la de afuera.
(...) Te aclaro simplemente que el revoque
consta de una primera capa de cemento refractario para rellenar los huecos entre
ladrillos. Luego tiene dos capas de barro con paja (con tiempo de secado entre
ambas). Otra capa (cuarta) de cemento refractario. Y una final (quinta) de barro
mezclado con paja, por aquello que me gustaba el aspecto que daba. (...) Hice
una pizza, me salió genial. ¡Esto se anima!
Con un mensaje posterior, Miguel hace una reflexión sobre
la aventura de construir un horno, su horno de barro:
Amigo Pasqualino, me enorgullece enormemente ocupar un espacio
en una de tus maravillosas páginas.
Quiero decirte que sin la estimable ayuda que encontré en ellas, me hubiera sido
muy difícil la consecución de lo que ahora puedo llamar, ya, ¡mi horno de barro!
Espero que a su vez, la mía sea una experiencia que sirva para ayudar a aquellos
que, como yo, un buen día decidan iniciar la construcción del esta pequeña cueva
de diablo.
Solamente decir a todos, que a poco que les guste hacer cosas por sí mismos, la
construcción de uno de estos hornos es una experiencia enormemente gratificante.
A cada ladrillo que pones, más quieres poner. Verlo crecer emociona. Cuando lo
terminas, sientes una mezcla de alegría por tenerlo completado y una especie de
tristeza por no tener que llenarte más las manos de barro.
Ahora me toca disfrutar con los asados, panes, empanadas, pizzas.....
Desde Ourense, saludos y gracias.
Mi correo es miguebc@terra.es o
embarrado@terra.es por si quiere
alguien preguntar algo sobre la construcción.
Algunos
meses más tarde, Miguel amplía la descripción constructiva de su horno
Construcción de mi horno de barro
Aquí trato de presentar la construcción paso a paso de un horno
de barro. Mi horno de barro.
En primer lugar quisiera agradecer a Pasqualinonet la información facilitada en
sus maravillosas páginas, y que sin las cuales, mi proyecto no sería tan fácil
de realizar.
Diré que la construcción de un horno de este estilo, para los amantes de lo
rústico y que gustan de hacer las cosas por sí mismos, es una experiencia muy
gratificante.
El ver como va tomando forma poco a poco y la satisfacción de
verlo acabado, no se puede expresar con palabras. He visto disfrutar a mis hijos
como nunca; ayudando en la construcción y ahora ¡saboreando las pizzas
mayormente!.
Pues nada, si estáis decididos a construirlo poneros a la obra cuanto antes, ya
me diréis como os fue la aventura que, cuanto menos, será divertida.
Varios utensilios y herramientas se usaron para la confección de
este proyecto. Que seguro que, como buenos "brico-manitas" que sois, tendréis a
vuestro alcance. Ahí van algunas de ellas:
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Cubo y paleta
albañil.
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Llana.
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Nivel.
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Esponja.
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Escuadra.
-
Metro.
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Sierra para maderas.
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Lápiz.
-
Pistola de encolar.
-
Amoladora para
cortar ladrillos.
-
Alicates, maza,
martillo, puntas, llave inglesa...
-
No está de más un
carretillo y azada para amasar el barro.
-
Escoba. Para
mantener todo limpito en todo momento.
Es de las cosas más importantes y, sin embargo, no se suelen nombrar cuando se
leen listas de materiales y utensilios necesarios para hacer cualquier trabajo.
-
Te recomiendo guantes de cuero para manejar los ladrillos a
la hora de cortarlos, así como para manejar los vidrios.
-
Imprescindible gafas de seguridad con la amoladora y para
machacar los cristales.
-
Muy conveniente una mascarilla para no aspirar el polvo que
suelta dicha máquina.
Ya general:
-
Guantes de goma para todo el trabajo en general.
-
En algunas posiciones no estaría de más un cinturón lumbar.
(por aquello de los riñones...)
-
Ropa, y sobre todo, calzado resistente. ¡aunque haga calor!
-
Una ¡gorrita en la cabeza te quedará de muerte!.
1ª parte. El aislamiento
1. Elegimos la ubicación.
No es muy conveniente que el aire del norte le dé en plena boca. Enfriaría
mucho cada vez que abriéramos la puerta. En nuestro caso, una esquina al lado de
la churrasquera nos fue de perlas.
2. Realización del mesado.
Bloques blancos para los pies y planchas de ladrillo para la mesa.
3. Refuerzo
Reforzamos el mesado con una parilla de hierro.
4. Base.
Después de hormigonar el mesado y una vez seco, disponemos ladrillos para
hacer lo que será la base del horno.
5. Compás 3D
Detalle del compás 3D que nos fabricaremos para ayudar a la realización de
la cúpula.
Consta de dos listones atornillados en cruz, del tamaño del diámetro de nuestro
horno (el nuestro es de 90 cm). Con ayuda de unas alcayatas colocamos en el
centro un tercer listón del tamaño del radio, el cual podrá girar libremente en
todas direcciones.
Este sencillo artilugio nos guiará en la construcción de la curvatura del horno.
6. Comenzando el aislamiento
Empezaremos a colocar ladrillos formando un círculo (el compás 3D nos marcó
anteriormente cuatro esquinas guía). En mi caso se usaron ladrillos enteros y
otros, cortados en mitades, intercalados. Se fueron pegando con mortero
refractario. ¡No olvidar lo que será la entrada al horno!
7. Resultado.
Esto es como nos quedaría el contorno que hemos realizado para el
aislamiento de la base.
8. El vidrio.
Una vez seco, comenzamos el relleno del aislamiento. En nuestro caso con los
cristales de las botellas rotas. Trituramos con una maza, teniendo la precaución
de taparlos para evitar que nos salte algún trozo. ¡Usar las protecciones que
creáis oportunas!.
9. ¡¡¡No más cristal!!!
Este el resultado de romper unas cuantas botellas. No llenar mucho más de la
mitad de la altura del ladrillo.
10. Echando ceniza.
Seguimos aislando. En este caso con una capa de ceniza que vamos calcando
con cuidado hasta cubrir el vidrio. (Decir que hay quien utiliza sal gruesa en
este apartado. ¿?).
11. Más capas.
Continuamos engordando el aislamiento. Después de tener la ceniza bien
calcada y alisada, completamos con tierra refractaria hasta el borde de los
ladrillos.
Así debería quedar
"Lisito y a nivel". Con esto tenemos terminado lo que será el aislamiento de la
base de nuestro horno.
A partir de ahora comienza la construcción del horno propiamente dicho.
2ª parte. La base
1. El asentado de la base de cocción
Preparamos barro para asentar ladrillos encima del aislamiento. Estos
ladrillos serán los que estarán en contacto con los alimentos.
Con ayuda del nivel, lo dejaremos lo más perfecto posible.
Damos unos golpecitos a cada ladrillo para asentarlo perfectamente, y que el
barro se cuele entre ellos. Al final, y después de pasar una esponja, formará un
bloque único.
Esto es el resultado final de nuestra base
A partir de ahora nuestro trabajo será en vertical.
La base
1. El asentado de la base de cocción
Preparamos barro para asentar ladrillos encima del aislamiento. Estos
ladrillos serán los que estarán en contacto con los alimentos.
Con ayuda del nivel, lo dejaremos lo más perfecto posible.
Damos unos golpecitos a cada ladrillo para asentarlo perfectamente, y que el
barro se cuele entre ellos. Al final, y después de pasar una esponja, formará un
bloque único.
Esto es el resultado final de nuestra base
A partir de ahora nuestro trabajo será en vertical.
3ª parte. La boca
1. Encofrado
Este es un ejemplo de lo que podemos armar para encofrar la boca del horno.
Con la tablilla en el suelo, disponemos encima de ella los ladrillos de forma
vertical. Tres a cada lado dejando en la parte superior un espacio para poner
una pieza que encaje bien para hacer de cuña o piedra angular. Marcamos con un
lápiz para recortar. El cuadricular previamente la tablilla puede ayudar pero no
es imprescindible. La anchura de nuestra boca es de 40 cm. y 25 cm la altura.
Cortamos dos piezas uniéndolas posteriormente con unos listones para que se
autosoporten. Las imágenes creo que son más clarificativas.
2. Boca rematada
Colocando el encofrado descrito sobre la parte de la base que dejamos a tal
efecto, ponemos los ladrillos en forma de arco pegándolos con mortero
refractario.
4ª parte. La bóveda.
1. La bóveda
"Empieza lo bueno". Poco a poco y con paciencia vamos asentando los
ladrillos (previamente cortados a la mitad) con la ayuda del compás 3D. Éste nos
guía tanto en circunferencia como en la curvatura que debemos dar.
2. Tubo para termómetro
Encima de la boca dejamos un tubito metálico introducido en el barro, para
al final introducir en él la varilla del termómetro.
3. Chimenea.
No nos olvidaremos de dejar un pasamuros para hacer el tiraje de humos. Más
o menos a una altura de 3/4 de la total (en este caso unos 33cm.)
4. Detalle encofrado
Nos buscamos algún artilugio para que no se nos caigan los ladrillos cuando
ya no podamos más. En este caso hice un pequeño encofrado de tabilla, para
sujetar el cielo de la bóveda.
5. Cúpula cerrada
Vistas de como nos quedaría la bóveda una vez cerrada. La última pieza
(cuadrada y en lo más alto) se ha introducido cortándola en forma de cuña y
golpeando con una maza.
En las imágenes se ve la estructura, ya con algo de revoque, para lo que se
utilizó mortero refractario.
¡YA TE PUEDES SUBIR ENCIMA QUE TE ASEGURO QUE NO SE CAERÁ!
Revocando
Vista general
LA ESTRUCTURA DEL HORNO YA ESTÁ HECHA.
5ª parte. El barro exterior
1. Revestimiento exterior
Ya sólo nos queda el aislado final. Para ello, únicamente daremos capas y
más capas de paja-barro. En este caso nuestra primera capa es con mortero
refractario por darle más robustez y estanqueidad al horno. Después seguimos con
el barro.
Se darán capas finas dejando un tiempo entre cada una para que seque. La
intención de ésto es que una capa de barro tape las grietas que inevitablemente
le saldrán a la anterior y así sucesivamente. Si diésemos una única capa gruesa,
la grieta que nos saldría llegaría desde el ladrillo hasta el exterior con la
consiguiente pérdida de calor.
Cuantas más capas de barro demos, más gruesa será la pared de nuestro horno y
por lo tanto capaz de almacenar calor por màs tiempo. En nuestro caso con unas 6
ó 7 fue suficiente.
Preparando el barro
Arcilla o tierra refractaria, paja o hierba seca, y agua.
Primera capa
Como dije, no demasiado gruesa. Es mejor muchas finas que pocas gruesas.
Y otra y otra.....
Ya sabéis, dejando secar entre capa y capa.
Algo de ayuda no está de más...
¡Para todos es divertida la construcción!
6ª parte. Puerta y primer encendido
Construimos la puerta.
Cortamos dos chapas de hierro. Una capaz de entrar en la boca del horno y la
otra dos o tres centímetros mayor.
Las unimos con tornillos dejando un par de tuercas en medio para que no se
junten.
Tendremos que soldar o ir a que nos suelden un asa en forma de "L", para que
sirva de asa y soporte a la vez.
En la imagen también se ve una herramienta construida con una varilla de hierro
y una chapa en la punta a modo de "T", muy útil para manejar las brasas y
cazuelas en el interior del horno.
Vista lateral
Aquí se ve mejor la separación entre las dos chapas. La pequeña, hacia el
interior, entra en la boca. La mayor hace de tope con el exterior de la boca del
horno.
También se observa cómo se mantiene de pie gracias al asa en forma de "L".
Primer fuego
Es importante ir calentando el horno poco a poco cada día. Es decir, iremos
aumentado la cantidad de leña día a día para darle tiempo al barro a asentarse.
Después de haberle hecho fuego unas cuatro o cinco veces (cada vez más fuerte),
ya podemos "darle caña" y comenzar a hornear alimentos.
Atrás al Horno de
barro
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