| |
Los treinta mandamientos para
un desvelado pizzero
Recibo mucho correo
que me pide explicaciones sobre la minuciosidad
de elaborar la masa para la pizza. Yo, desde el comienzo, he renunciado a
mostrar lo que entiendo no son más que complicaciones para eruditos del
mundo pizzero, que al final y luego de tantas opiniones no hacen lo que les
están aconsejando.
Nuestra vida cristiana se debería regir observando a tabla rasa la tabla de
los diez mandamientos... ¡Qué difícil! Imagínese si tiene que observar un
'tridecálogo', sintetizado, por ejemplo, por la asociación de
pizzeros de la Republica de San Martino.
Pero, para aquellos que insisten en querer someterse a reglas o simplemente
conocer ciertos aspectos de la importancia de los elementos que intervienen en
la panificación y levado de la masa, aquí voy a
transcribir el mencionado
tabloide de consejos para un 'buen pizzero'.
Los treinta mandamientos
-
El agua para hacer
la masa debe responder a ciertos requisitos:
organolépticos (común a los sentidos o entendimiento de la mayoría de las
personas), químicos y bacteriológicos.
-
La dureza del agua no debe pasar el límite de la que suma la temporaria más
la permanente. Sencillamente no use agua que forma el sarro de
todos los días en su bañera...
-
El agua con alto contenido de cloro que se utiliza masa
amasar, reduce la actividad de la levadura y mejora el amasado cuando se usan
harinas débiles, es decir, con poco contenido proteínico.
-
La sal a utilizarse debe ser la más pura posible, la sal
marina vendría bien. Evitar la yodada.
-
La sal de cualquier manera retarda la levitación.
-
Dada la insipidez de la harina, la masa es receptora de una
gran cantidad de sal, cosa ésta no beneficiosa para la salud. Es preferible
acostumbrase a una riquísima masa con poca sal que tener que estar toda la vida
en silla de ruedas.
-
La levadura transforma las sustancias azucaradas en gas
carbónico cuando la masa está expuesta al aire.
-
La levadura utiliza los azucares para reproducirse en
presencia del oxigeno del aire.
-
La sal y la levadura no deben disolverse juntos en agua.
Con el azúcar sí porque éste es el alimento de aquella. La sal va agregada al
último momento.
-
La levadura natural, durante su creación produce
fenómenos fermentativos que originan la formación del alcohol, ácido láctico,
acético, butírico. El alcohol desarrolla el levantamiento de la masa en manera
positiva, el resto en manera negativa.
-
La buena levadura de origen industrial se reconoce por su
color blanco grisáceo, sabor insípido, notable friabilidad y buena fuerza de
fermentación.
-
La levadura industrial seca se emplea en forma distinta
que la fresca. Es menor su cantidad por kilo de harina; en todo caso leer las
instrucciones del fabricante.
-
La levadura natural da como resultado una masa mejor, una
conservación más prolongada de la misma por poseer mayor acidez, más sabor, un
perfume característico a pan debido a una más largo tiempo de levado.
-
Las sustancias con glucógeno están contenidas en el
endospermo del grano de trigo que es la parte de la cariópside.
-
El almidón sacado del grano de trigo maduro permite un
mayor volumen de masa.
-
Análisis químicos físicos, instrumento de medición como el
Alveógrafo de Chopin, el Test de Sedimentación de Zeleny, suministran datos
técnicos para la correcta utilización de las harinas en el contexto de cada
exigencia comercial, gastronómica e industrial.
-
El tiempo de caída del levado de la masa es
directamente proporcional a la velocidad con que ha sido formado. Por lo tanto
cuanto más rápido se forma menos es el tiempo de descanso de cada pizza.
-
El sistema de
amasado a onda confiere a la masa una mayor
oxigenación y por lo tanto un menor consumo de energía de la levadura. Menos
levadura para cada kilo de harina...
-
Con cantidades determinadas de agua y harina, una vez
formada la masa se puede corregir el agregado de ambos, llegando a la
consistencia deseada.
-
La mayor o menos crecida de
la masa no depende solamente
de la bondad de la levadura.
-
Un pizza elaborada sin generosidad, como pasa generalmente
en el comercio, con escasa cantidad de levadura, presentará una costra de
color oscuro, dura, una miga apelmazada, sin agujeros, y se secará
rápidamente. En pocas palabras una porquería...
-
Contrariamente, un
amasado con excesiva cantidad de
levadura se pondrá dura enseguida, la costra será blancuzca, la miga se
deshace fácilmente y con sabor ácido a veces.
-
En horno a leña, calentados a temperatura de unos 300ºC, a
cocción ultimada, la pizza puede llegar a tener una temperatura alta
superficial.. Cuidado entonces a no quemarse con los juguitos o el queso de su
pizza preferida...
-
Una masa de pizza más bien tierna requiere una cocción a
temperatura un poco más elevada que una masa de empaste duro. Pues la temperatura no debe quemar la cornisa de la pizza en el lapso de
su tiempo de cocción, alrededor de siete minutos.
-
Todos los horno son buenos para cocinar una pizza, siempre
que tengan la capacidad de llegar a la temperatura requerida. Generalmente
los hornos a gas del hogar son de escasa capacidad para aquel menester.
-
Químicamente las distintas calidades de madera no difiere
mucho entre sí, su comportamiento durante la combustión depende de la
porosidad y de la humedad. Pero no se aconsejan maderas resinosas.
-
La madera una vez quemada deja un residuo en ceniza de
alrededor del 3% de su peso originario. Sus humos son los menos dañinos para la
contaminación ambiental.
-
El material con que debe construirse el piso de trabajo
del horno debe ser refractario para que se tenga una reserva de calor
constante, además de ser resistente a las vibraciones y golpes con que el
pizzero somete al horno.
-
El consuno de leña depende de muchos factores,
principalmente de un tiraje equilibrado. Calcule para una madera comúnmente
utilizar el horno de leña, seis metros cúbicos de aire por kilo de leña.
-
Y después de todas estas curiosidades y cavilaciones que seguramente
habrán enriquecido su conocimiento, olvídelo todo y siga la receta
primitiva de Pasqualino. Con ella se asegurará el éxito sin tantas
elucubraciones que pueden someter sus neuronas al desenlace total. Además
después de las consideraciones 'ut supra' mencionadas los italianos hacen una
pizza, que usted me han dicho muchas veces, que no le gusta...
|
La sal justa La justa cantidad de sal en el amasado de
la masa refuerza las propiedades plásticas y la mejora
notablemente. La falta de sal manifiesta una masa blanda,
pegajosa y suave y una vez cocinada la masa, está se desgrana
como la de un budín. Además aumenta la absorción de agua.
El exceso de sal tiende a reducir la capacidad de la levadura
e incluso puede detener la fermentación.
La malta
La utilización de extracto de malta diastásico (El poder
diastático es la medida de la actividad de las enzimas de la
malta para romper los carbohidratos complejos en azúcares
reducidos, principalmente por la acción de la beta amilasa.)
permite mejorar el trabajo de la masa gracias a las amilasis
naturales, acelerando la presencia de azucares fermentadores la
acción de las levaduras. Esas propiedades del extracto de malta
mejoran la textura, el color de la corteza y lentifica el
endurecimiento.
La grasa (aceite de oliva, manteca, grasa de cerdo, etc.)
La incorporación de grasa a la masa mejor la calidad
organoléptica con miga más fina y blanda, además de su
durabilidad. La grasa forma una capa sutil entra las partículas
de almidón y la red glutínica, transformando la superficie
hidrófila en una superficie lipófila, por consiguiente se ligan
más las diferentes mallas del gluten y aumenta la capacidad de
estiramiento
La grasas confieren a la miga una estructura fina y
homogénea, ya que el gluten, al poder estirarse sin romperse,
retienen las burbujas de gas evitando que se unan formando
grandes burbujas.
¡Uffahhh!
|
La pizza y la vida (Ad astra per
aspera).
Deseo
mostrar varios mensajes que he recibido del señor Mario Alanis Palos,
de Monterrey, México. Lo que se expresa en ellos, a mí, me ha hecho
sentir útil por lo que intento difundir por medio de Internet. Porque no
todas son rosas, muchas veces soeces palabras, a las
cuales respondo siempre con mucho equilibrio… Pero a igual que Mario,
continuo impertérrito con el propósito, difundir mi cocina, una cocina
que no quiere engañar a nadie, ni llevar por las narices al consumidor a
comprar tal o cual producto, al menos que yo mismo no estoy convencido
que es conveniente. Y si mi cocina trasciende para convencer que es
bueno ser honesto y buena persona, pienso que me he ganado al menos el
primer peldaño del paraíso.
Enero de
2009:
Es increíble como personas que no conocemos o que
no existían en nuestra imaginación hace años, que no vivimos o actuamos
juntos, pueden de repente llegar a ser nuestros maestros e incluso
hacernos seres respetables.
Hace años, de joven, cuando recién empecé a
trabajar, termine por índoles del destino trabajando para una pizzería
en un mercado rodante. Ahí solamente amasaba las pizzas con un palote,
pizza tras pizza, hora tras hora, día tras día, hasta que logré mi
primera habilidad de pizzero: extender una pizza. Orgulloso de mi primer
aprendizaje, me creía el rey del mundo, invité a todos mis amigos a una
reunión de camaradería, sin siquiera saber cómo prepara la masa. Me puse
a preparar las pizzas para mis invitados: el resultado fue desastroso.
Las pizzas salieron pésima y monstruosas, mi vergüenza fue mucha, pero
mis invitados las comieron, no despreciaron el plato hecho con tanto
amor.
Pese a la derrota, decidí a aprender en serio lo
que deseaba: así que me puse incansablemente a consultar recetas, salsas
y variaciones de pizzas. Me topé con tu página y solamente la
información básica me abrió los ojos para preparar mis primeras masas,
luego apegándome a los treinta mandamientos del desvelado pizzero. Mi
obsesión de ser cada día mejor pizzero no paraba tanto que empecé a
trabajar en pizzerías tras pizzería de mi localidad, ascendiendo
rápidamente de puesto. Además de haber aprendido todas las habilidades,
mi pasión me llevó a dedicarme a dominar el negocio en todas su área,
operativa, administrativa y publicitaria, asesorando mini pizzerías que
pedían orientación para levantar su negocio, para modificar su menú,
para cambiar su imagen.
De repente miré para atrás y vi lo que un oficio
tan hermoso como el de ser pizzero puede dar: vi mi casa, mis muebles, a
mi primera, nueva y única esposa, mi hija. Oí también la voz de mi padre
que decía que si vas a ser ingeniero, tienes que ser bueno y si vas a
ser pizzero tienes que ser el mejor, con pasión y amor en todo.
Si jamás hubiera caído en esa pizzería, si jamás
hubiera hecho esas pizzas apelmazadas y crudas, si jamás hubiera visto
tus enseñanzas, jamás hubiera logrado nada de lo que tengo hasta ahora.
Y aunque no sé cómo es tu rostro o cuántos años tienes, si tienes
familia o no, eres una persona que admiro, por el simple hecho de darme
lo más valioso que puede haber: la sabiduría. Maestro he tenido mucho,
pero usted, mi señor Pasqualino, fue el primer en enseñarme.
Su amigo y alumno,
Mario A. Alanis Palos
Más tarde:
Hola
que tal señor Pasqualino, es un gusto volver a saludarlo, después de
todos estos mese que no le he podido responder el ultimo correo. Espero
que usted y su familia se encuentren bien, y también espero que me
recuerde, soy Mario el pizzero que le mandó un correo hace unos meses
desde Monterrey, Nuevo León, México.
Últimamente me he visto envuelto en una serie de bendiciones, y tengo el
gusto de decirle a usted el primero de mis maestros en el arte de la
pizza, que me he lanzado junto con un socio, a poner mi primera
pizzería, que a diferencia de las demás de la localidad que destacan en
rapidez y industrialización, esta hermosa pizzería, va a destacar el
sabor clásico de la pizza y de la pasta fresca, sin dejar de mencionar
el inmenso amor a este platillo y a todo el sudoroso trabajo que éste
lleva. A la pizzería solo le faltan unos pequeños detalles y estará
lista para empezar a operar. Pero lejos de ser un edificio y un montón
que artículos y maquinaria para cocina, esa pizzería, no es más que un
montón de horas de desvelo en otras pizzerías, un montón de sudor, olor
a levadura y salsa, y un montón de días festivos laborados en hornear a
este platillo, esa pizzería, no es más que todo el montón de sueños de
mi vida, cristalizados en un montón de masa, salsa y queso. Pero eso es
lo que amo, muchas gracias maestro Pasqualino, por colaborar día a día
a ser la raíz de un sueño, la raíz de la sabiduría para un oficio, y la
raíz para una vida.
Se despide sin más por el momento, su alumno, amigo y pizzero: Mario
Alberto Alanis Palos
"poco a poco, uno va llegando lejos...."
Gracias.
Julio de 2009.
Y en
noviembre de 2009:
Que tal
mi querido maestro Pasqualino, se que hace tiempo que no le escribía,
pero es que las situaciones no lo ameritaban. Antes que nada espero que
su familia y usted se encuentren en un perfecto estado de salud, y que
Dios derrame de sus bendiciones sobre ustedes.
Como usted sabrá señor Pasqualino; la última vez que platiqué con usted,
le di la excelente noticia de que me veía envuelto en la preparación de
mi pizzería, junto con un socio, situación de la cual le relataré.
Después de mucho tiempo de andanzas entre pizzería y pizzería, después
de horas interminables, refugiado bajo el calor sofocante de un horno,
me di a la idea de abrir mi primera pizzería, en la cual pudiera
destacar mis ideas, experiencias, y mi mando, satisfaciendo las
necesidades de la gente en servicio, rapidez y calidad.
No paso mucho tiempo que expresaba mi idea, hasta que un viejo conocido,
dedicado a los negocios de las taquerías, me ofreció ser mi socio y
poner todo lo necesario, de tal manera que yo solo ponía mi experiencia,
y claro era, mis recetas.
El plan brotó con una rapidez sorprendente, que después de platicarlo
con mi familia, me vi obligado a dejar un trabajo estable y seguro que
tenía en una pizzería como encargado, para lanzarme a la aventura de
hacer triunfar este tan llamado "mi negocio".
El plan ya estaba hecho, comenzamos comprando un gigantesco horno,
comencé a diseñar la cocina en la cual las pizzas se preparaban a mano,
y sin acción alguna de batidora o aplanadora; seguí por la fabricación
de las mesas a la medida y los utensilios necesarios, terminando con la
decoración del restaurante, y la publicidad y permisos tan necesarios en
este país.
El negocio estaba listo, las personas listas, y la gente ansiosa de
probar las pizzas tan anunciadas, comenzamos el 15 de agosto de este
año, todavía recuerdo la sensación de euforia cuando entro el primer
cliente, y como la pizza estuvo lista en menos de lo que canta un gallo,
la emoción y el cansancio de no haber dormido la noche anterior,
aumentaban pizza con pizza, y sumado eso a un calor insoportable que
hacía en la cocina a falta de extractores (situación que se reparó al
día siguiente) hicieron que mis fuerzas sucumbieran como a eso de las 12
de la noche del mismo día haciendo caer en un profundo sueño en mi
oficina. Y así el negocio fue creciendo día a día, y mi emoción también,
al igual que empezó a sonar mi nombre y el de mi negocio, hasta que
empezaron a suceder hechos inesperados.
Debido a que esto era una sociedad, había dos cabezas, dos mundos, dos
mentes que se creían dueños del lugar, uno dueño del dinero y otro dueño
eterno del trabajo, de las ideas y de que todo funcionara bien, con una
idea de repartición de ganancias muy poco saludable mentalmente, para
alguien con tantos deseos de crecer; mi idea de las pizzas, el miedo de
perder todas mis recetas y proyectos de innovación en las pizzas, los
conflictos de intereses con las ideas brutales del hombre que se llamaba
mi socio, terminaron por agotar mis energías creativas, mis ánimos, mis
fuerzas y mi paciencia, termine por aclarar todo con esa persona, y le
deje la pizzería para que el la siguiera manejando, siempre llevando mi
firma en la creación de esa gran pizzería, para continuar mis grandes
proyectos propios, proyecto que pronto podrá conocer.
Al estar en la pizzería antes de irme, me toco ver uno de esos efectos
mágicos que la pizza te provee de vez en cuando, cuando más lo
necesitas, para sacar ánimos y seguir amando ese ser mágico y poderoso
llamado pizza...
Sucedió que mi repartidor se había retrasado en llegar y tenía un pedido
listo para salir, así que me vi en entregarlo, al llegar a la colonia me
di cuenta que era una de las más conflictivas de la zona, y entre más me
adentraba mas se acrecentaba mi temor, al llegar al domicilio, se me
acercaron unas personas que estaban discutiendo unos a grito abierto,
otros a patadas y puñetazos, y otros a lagrimal, yo estaba a punto de
correr con miedo a sufrir un asalto cuando todo se calmó, los gritos
dejaron de oírse, los golpes dejaron de resonar y la gente dejo de
llorar, y entre voces de adultos y risas de niños, resonó al unísono,
"ya llego la pizza...cuanto es señor" yo me quede atónito ante esa
maravilla, como es que un simple plato, el cual amo tanto, había parado
la tempestad, y por un momento (mientras se iba devorando la pizza) por
un momento la pizza logro juntar a esa familia y hacerlos pasar un
momento feliz...
Al haber gastado mis ahorros para estar en la pizzería, después de
dejarla, mi vida cobro un giro obscuro que no sabría cuando terminaría,
y que solo el Eterno, sabría porque me pasaba por eso.
Me vi en la búsqueda de una pizzería en la cual pudiera trabajar para
enriquecer mis experiencias, y en la cual compartir las mías, con arduo
trabajo, busqué y busqué, en todas las pizzerías que me quedaban por
probar, siempre era el indicado, y la experiencia me sobraba, pero nadie
llego a contratarme por miedo a que fuera una espía, y les fuera a dejar
en la ruina llevándome sus secretos, eso realmente me entristeció, como
es que una persona no puede trabajar porque tiene mucha experiencia,
pero no era el momento para entristecerme, pues mi familia pasaba hambre
después de una época de abundancia, había venido la quiebra en mi vida,
no solo la económica, sino la profesional a tal grado que tuve que
trabajar en algo que realmente me hacia humillarme día a día y me
obligada a sacar fuerza diaria de la sonrisa de mi hija, y de la ilusión
de triunfar en mi negocio, así pasé pues un mes entre abatimientos y
derrotas, hasta que comprendía que mi Dios omnipotente, nos hace pasar
por esto para tener HUMILDAD y entender que en el sufrimiento hay
crecimiento.
Vi a mi familia, y di un paso secreto que nadie se esperaba, algo más
que un plan bien elaborado, fue un gran paso de fe de volver a dejar
todo por algo mejor, era otra aventura.
Deje mi trabajo espontáneamente y de una manera tan agradable y feliz
que sentía que algo grande y maravilloso iba a suceder, cambié las
cartas de juego ese día, salí en busca de algo, pero en vez de ser un
socio, busque un inversionista, lo encontré, le presenté mi proyecto, mi
maqueta, y mis desbordantes sueños y amor por las pizzas y al verse
demasiado favoreció, acepto, y el nuevo negocio se está empezando a
construir, con un concepto único de pizzas en mi estado y país, que sé
que triunfará, pero ahora solo se escribirá mi firma en el papel;
y es así como se termino un capítulo más en mi vida de pizzero y es así
también como se empieza a escribir uno nuevo.
Mi querido maestro Pasqualino, usted se preguntara que para que le
escribo todas estas cosas, espero que me entienda, un día usted me
enseño de lo que sabía sobre sus pizzas, yo lo tomé, lo practiqué, y lo
apliqué incluyendo los mandamientos, es por eso que ahora espero que mis
experiencias, buenas o malas y mi amor por ese mágico platillo, les
sirvan a las nuevas y viejas generaciones de pizzeros, para que tengan
cuidado cuando quieran seguir su sueño de crecer en esta profesión , y
comprendan un poco esta novela llamada "mi vida".
Cuando estaba diseñando mi menú, me puse a pensar en usted, y la verdad,
se merecía estar su nombre en mi restaurante, me puse a pensar en una
especialidad o combinación que fuera acorde con mi gran maestro, primero
pensé en unas complicadas, después me di cuenta que usted era un hombre
sencillo, pero con una vida de gran sabor, así que aquí le presento la
receta de mi colección:
La Viejo Marchese (En mi país, las palabras
viejo, don, señor, representan símbolo de gran respecto, sabiduría y
autoridad).
Un bola
de masa que muchos de ustedes aprenderán a preparar con la receta de
Pasqualino.
Salsa
de tomates fritos con ajo y albahaca, especias a su gusto, todo
triturado.
Queso:
puede ser el mozzarella, aunque yo le doy un toque más de mi país
con quesos como el asadero, y el oaxaca, que tiene un sabor más
fuerte.
Salami.
Atún. Jalapeños. Cebolla. Pechuga de pollo asada u horneada en tiras
pequeñas.
Se
prepara la masa, se le pone la salsa, se le esparce el queso, y se
pone salami, pollo, atún, jalapeños y cebolla, se le esparce un
aceite en el cual hagas dejado macerando unos cuantos ajos y
albahaca previamente, y se pone a hornear en lo más profundo y
caliente de ese infierno a lo cual llamamos horno, se saca cuando
este en su punto esponjoso y crocante al mismo tiempo, se corta y
listo,
Esta pizza tiene una combinación de vegetales, de animales del agua,
de animales del cielo, y de animales de la tierra, en representación
a sus enseñanzas tan variadas, y verdaderamente, la combinación de
esos ingredientes, aunque no lo crean tiene un sabor excepcional si
se prepara de la manera correcta, digna de un erudito como usted.
Sin más
por el momento y agradeciéndole de nuevo toda su atención, se despide de
usted su siempre alumno fiel de toda la vida,
el pizzero Mario Alberto Alanis Palos.
"El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta..."
Hasta la próxima
Salud y bendición a todos.
P.D. - Le envió una foto de su servidor, y de mi esposa en ese tan
apresurado día de la apertura de la pizzería, no es mi mejor foto, ni mi
mejor cara para presentarme, pero espero sirva para darle rostro a este
misterio.
Pizzas caprichosas
Hay personas que al
componer una pizza, se sienten impulsadas por su estro, esta inspiración
ardiente que con éxito o fracaso hace que la pizza sea su propia pizza.
Es el caso de mi compañera esposa, nunca sigue una receta de
Pasqualino...
Sobre la masa estirada en una pizzera, acomodar cebollas bien rehogadas,
queso tipo mozarela, panceta ahumada en trocitos o tiras, aceitunas
negras cortadas. Dejar levar bien y hornear.
Pizza con salsa de tomate condimentada con aceite
de oliva, ají molido, orégano y sal. Arriba queso tipo cuartirolo,
panceta ahumada y pimienta molida.
A la búsqueda
de la pizza perfecta
o para su propio gusto
Leonardo Mariño de Buenos Aires sugiere al menos
una vez de realizar la pizza de esta forma y con esta cantidad de
ingredientes:
1 kilo de harina 000 ó 0000 (con la 000 sale
más rústica)
50 gramos de levadura fresca,
1 cucharadita de azúcar para la esponja,
6 cucharaditas de sal a ras (sí, parece mucho)
180/200 cm3 de aceite de maíz (le da
buen sabor y no aceito los moldes pues la masa no se pega).
500 cl de agua tibia.
Preparar la esponja con la levadura disuelta en
agua tibia, el azúcar y con una cucharada de harina. Poner la harina
restante en un bol mezclada con la sal. Incorporar la esponja y todo
al mismo tiempo aceite y agua integrando poco a poco. Formar un bollo, amasar
sobre la mesa por 15 minutos,
luego dejar leudar una hora en ambiente caluroso. Dividir en bollo
de unos 350 gramos, estirar tomando el tiempo de la masa y colocarle
los ingredientes (me gusta la pizza directa condimentada en crudo).
Hornear al máximo en un horno doméstico bien precalentado. Debería
llevar 8 a 9 minutos: si tardara más su horno no es apto para este
tipo de pizza...
A disposición,
Volver a Pizza & Calzoni
|