Los Sitios de La Cocina de Pasqualino Marchese

 

El reloj solar de Tokutaro Yabashi

En la plaza San Martín de Mar del Plata, frente justo a la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia, en un rincón a la derecha del calendario, se erige una 'lápida' con un reloj solar. Podría ser muy llamativo, pero no lo es. Los admiradores de la fecha, los miles de fotógrafos, casi nunca tuercen su cuello hacía él. Pero este domingo había un grupito de astrónomos aficionados de la ciudad de Esquel delante de él, entusiasmados por el descubrimiento del reloj y la interpretación que se les daban a los misteriosos números y términos de la placa. Un hombre menudo y de anteojos daba su justo veredicto sobre la errónea indicación de la hora, marcada por la sombra de un inclinado techito de acero, y de la imposibilidad de hacer la debida corrección, aflojando los tornillos y girando la placa base. Una señora aprendiz de la materia  quería se manifestaran al turistas las bases  astronómicas del reloj. ¡Sería demasiado para los infortunados turistas! Pero no estaría mal si el reloj marcara una hora más o menos exacta en el momento de la consulta...  Y de aquí deduzco que tendríamos que hacer intervenir la indiferente burocracia de nuestro municipio... Aunque estoy seguro que no le costaría nada; siempre se encontraría un voluntario que a cada quince días hiciera la corrección de la variante 'ecuación del tiempo' sumada a una pequeña explicación sobre la actual doble hora de verano adoptada durante el invierno.

Me atrevo otra vez, como en el caso del Faro de Punta Mogotes de este sitio, dar una descripción básica del reloj, términos y construcción. El profesor Tokutaro se pondría contento si se entendiera y consultara lo que con mucho orgullo quiso ofrecer a la ciudad.

En un principio el reloj fue donado por la Embajada de Japón en Buenos Aires al Planetario Municipal sito en el Parque 3 de Febrero en enero de 1970. El de Mar del Plata según consta fue donado el 2 de marzo del 1970. Pienso que son replicas de un mismo modelo inventado por el profesor Tokutaro, un eximio estudioso y realizador de relojes solares protegidos por patentes estadounidenses. También el pedestal está construido según forma geométrica preestablecida. Su ubicación geográfica según el sistema de referencia WGS84 es  Lat. 37º 59' 54",5 Sur Long. 57º 32' 54",1 Oeste  con su cara plana orientada con el meridiano del reloj, o sea  hacia el norte geográfico o verdadero.

Las partes que conformar el reloj solar se resumen en una placa de lectura del tiempo u horas, del lado derecho las antemeridianas y del lado izquierdo las postmeridianas. Una marquesina de acero inoxidable inclinada según la elevación del polo sur, o sea en la dirección del eje terrestre apuntando hacia el polo sur, cuyo ángulo representa la latitud de lugar, en nuestro caso 38º S -. La arista derecha de la marquesina es la que proyecta la sobra sobre las horas antemeridianas, la arista izquierda nos indica las postmeridianas. En el caso del pasaje del sol por el meridiano del punto de emplazamiento del reloj, las sombras de la arista derecha e izquierda nos marcan la misma hora al comienzo de arco de las horas derecho y izquierdo. Un intervalo de arco entre las dos indicaciones permiten tal lectura. La placa base está fijada a otra de base, en chapa de hierro, con dos tornillos de cabeza circular (una especie de seguridad) que permiten aflojarla para girarla guiada por una ranura, Esto permite alinear la marca correspondiente a la ecuación del tiempo con la longitud de 60º W marcada en un índice más abajo que evidencia los valores de la ecuación. Esta corrección, que en teoría debiera hacerse diariamente, en la practica a cada 10 o 15 días, responde a 'transformar' la lectura del tiempo verdadero u hora verdadera local en la media y aproximada a nuestro común reloj. Volveré sobre este tema...

El reloj está configurado para que marque la hora del huso -4 u huso 4 al oeste de Greenwich. Pero no espere que en este momento el reloj les marque una buena hora... La corrección de la ecuación del tiempo está desfasada con la fecha, olvidada, congelada. Nadie, creo, nunca se molestó en lo más mínimo en hacer 'funcionar' el reloj del profesor Tokutaro. Me ofrecería yo, ad honorem por supuesto, si me aceptaran...

En el caso que eso ocurriera simplemente habría que sumarle una hora a la indicada para que coincidiera con la hora oficial de verano adoptada todo el año en Argentina.

 

 

El tiempo solar, el tiempo medio, la ecuación del tiempo, el tiempo civil, la hora de verano.

Lo que voy a tratar no es una lección de astronomía, es simplemente una explicación de un cocinero para que gente común pueda entender y leer el reloj solar emplazado en nuestra plaza San Martín de Mar del Plata y otros diseminados en todo el mundo, a veces en importantes plazas como monumentos a la medición de la hora, caso de Japón donde el sol tiene un relieve solemne.

A causa del recorrido irregular del sol sobre la eclíptica debido a su excentricidad y por lo tanto velocidad (Leyes de Kepler) se ha creado un sol ficticio que recorre el ecuador celeste con movimiento uniforme completándolo en 365,2422 días (año trópico o pasaje consecutivo al punto vernal γ). Es decir, es como haría el sol si su orbita fuera circular y coincidiría con el plano del ecuador celeste, no inclinada (si así fuera no habría punto vernal, ni estaciones). Entonces si consideramos en un cierto momento la posición del sol medio sobre el ecuador y la proyección sobre el mismo ecuador del otro que recorre la eclíptica , habrá una diferencia, en más o en menos, llamada ecuación del tiempo. Es un valor de corrección para aplica al tiempo del sol verdadero y conocer el tiempo medio del sol en el mismo instante. Generalmente los datos se refieren al meridiano de Greenwich o Primer Meridiano, este tiempo se corrige luego según la longitud del lugar de observación o a la cual queremos referirnos. Pero esto no sería igual para todos los observadores, teniendo a cada uno distintas coordenadas. Y eso se soluciona 'encerrando' a todos los observadores en un mismo huso o en varios con referencia a uno, corrigiendo el tiempo medio local con la diferencia en tiempo que tiene con el meridiano central del huso adaptado. Es el tiempo civil que marca su bonito reloj digital...o el maldito despertador.

Para complicarla un poquito más, en una gran mayoría de países se adopta durante los meses de verano (generalmente una semana después del 23 de marzo al 31 de octubre en el hemisferio norte y viceversa en el sur) la hora de verano. En Argentina se aplicó hace varios años, quedando también en invierno... Cuestiones económicas principalmente, políticas o forzadas por la resistencia al cambio de los ciudadanos hacen que a un pobre mendocino el mediodía verdadero es decir el momento en el que el sol le pasa por el meridiano de cada uno de ellos esté bastante desfasado con la hora del mediodía que marca su Rolex.

Volviendo a la ecuación del tiempo y al movimientos del sol sobre la eclíptica inclinada de un ángulo de 23º 27' con el plano del ecuador y si todos los días a la misma hora de nuestro tiempo civil marcamos la dirección del sol sobre el cielo o la sombra de la punta de una estaca sobre el plano de suelo, tendríamos un arco en el cielo o una segmento en tierra igual a la variable declinación del sol; el arco medirá 46º 54'  es decir 23º 27' hacia el norte y el mismo valor hacia el sur. Pero por la ecuación del tiempo aplicada a nuestro reloj los puntos no estás alineados ni sobre un arco de meridiano ni sobre un segmento sobre un plano.. se desplazan a la derecha o a la izquierda según el valor de la ecuación formando una curva cerrada en 8. Su dirección sobre el horizonte cambia según las horas de observación fijada: hacia el este y baja, al centro y alta, al oeste y baja. La curva, hermosa por cierto, se llama Analema, pienso de genero masculino (Analemma para los anglos, nombre adoptado de una obra de Tolomeo). El diccionario de la Academia todavía no lo registra, allí el tiempo se cuenta en años luz, ¡perdón!

 

 

 

La curva tiene como un eje vertical donde se representa el valor 0 de declinación hasta 23º y 27' positivamente y 23º 27' negativamente. Sobre el eje horizontal, los valores positivos a la derecha y negativos a la izquierda de la ecuación del tiempo  con un valor máximo positivo de 16m 22s hacia el 2 de noviembre y un máximo negativo de 14m 12s hacia el 11/12 de febrero. Doce tramos de la curva representan los meses del año. Por lo tanto el alema nos da la posibilidad de acceder a valores de declinación y/o valor de la ecuación del tiempo con la fecha aproximada.

¿A que viene todo eso? Bueno, en un reloj  del profesor Tokutaro, similar al modelo que se encuentra en Mar del Plata, puede observarse la ampliación mediante una placa representado un analema, para facilitar la corrección del reloj mismo.

En la tercera imagen de la tabla en el frente del pedestal puede notarse un perfil grueso de hierro murado horizontalmente con resto de pegamento en los extremos y en los mismos dos agujeros roscados. Presumo que allí estaba atornillada una reluciente barrita con el grabado de la analema. ¿Para qué te sirve?, ¡estúpido ladrón!

 

 

 

Los invito a dibujar sobre una superficie plana de su patio, terraza, jardín, un alema personal, tomándose día por día (menos cuando no hay sol) la molestia de marcar un punto indicado por la extremidad de la sobra marcada por una estaca clavada verticalmente. La inclinación de la curva o la inclinación del sistema de ejes dependen de la hora que se escoge. Puede tener una obra de arte en su casa... ¡y gratis! El tamaño de la curva depende de la altura de la estaca que proyecta la sombra causada por la luz del sol.. Al año les pediré las fotos correspondientes para que sean publicadas en esa página, como en el caso del 'Horno de barro'

No obstante todo lo expuesto arriba, a manera de cocinero, no deje de consultar textos académicos o científicos, para tener ideas más astronómicas y matemáticamente ilustradas, si es que les gusta la ciencia, los números y principalmente saber de que se trata cuando se ve un monstruito como el del profesor Tokutaro...

 

Donación del profesor Tokutaro al Planetario Galileo Galilei de Buenos Aires - Agosto 1970

El enrejado es puramente casual

 

Una receta planetaria

Peras a la miel - Hay varios motivos para que yo les proponga esta receta; preponderantes son los recuerdos de la niñez, las aspiraciones y los sueños de la juventud. Las peras hervidas en mi tierra de origen, hacían parte de la venta tradicional de verano en horas vespertinas, para endulzar el paladar (de los pobres). Un hombre con un caldero sobre un carrito, lleno de peras hervidas y en su agua, las vociferaba por las callejuelas de barrio. Antes todos vivíamos en un barrio. Las presionábamos en azúcar blanca de tarascón en tarascón.

Ingredientes: una pera tipo Packman por persona, miel de origen acertada (si se consigue mediante un amigo que tenga colmenas, mejor), nueces, azúcar.

Preparación: hervir las peras con cáscara y algunas cucharadas de azúcar hasta que se noten firmes pero cocidas. Entibiarlas. Cortar en abanico y colar en plato. Rociar con miel calentada y salpicar con nueces.

¿Podrían ser estas peras una comida para astronautas? La European Space Agency podría averiguarlo.

Al irse el sol, mire el cielo; en alguna parte puede estar una romántica luna que también merece ser entendida.

 

Y el espacio...

 

Primero de Enero de 2010: Una sorpresa de año nuevo.

Atento a mis obligados paseos de todos los años nuevos hacia la plaza San Martín para hacer fotos del calendario con su primera fecha de buenos augurios me encontré con una sorpresa desagradable: el reloj de Tokutaro no estaba más, tampoco la placa recordatoria del emplazamiento. Todo indica que ha sido arrancado por los inescrupulosos de siempre para vender un poquito de metal que alcance para una miserable dosis de estupefaciente o a lo mejor para unas cuantas botellas de vino barato. O por puro vandalismo...

 

  Tokutaro: hurto reloj 

 Lo siento mucho, don Tokutaro, lo siento. Mi sueño de ser el relojero oficial de su obra quedó totalmente destruido.

Hoy, 8 de marzo de 2014, volviendo siempre al añorado reloj, con suma alegría lo vi milagrosamente repuesto en su lugar con una placa del autor de tal hecho. En el mismo me invadieron las dudas: si realmente el reloj había sido hurtado o llevado sin aviso para su 'restauración'. Si se da la segunda hipótesis, pido que todos los ladronzuelos del mundo me perdonen. Cuatro años han pasado...

En realidad no se trató de ninguna restauración, solo de una reposición con el agregado de otra placa ostentosa de los supuestos restauradores entendidos en cuestiones astronómicas. Ni siquiera lo han puesto en hora y seguir actualizándola durante todo el año, al menos cada 15 días. También explicar qué sumar o restar para que coincida con el reloj de la catedral, propio de frente... Querido don Takutaro usted no se merece tales administradores.

 

 

Un reloj de verdad 

Hoy 25 de septiembre de 2016, luego de haber tenido un informal beneplácito de la autoridad inherente, finalmente pude poner en hora mi querido reloj solar de la Plaza San Martín. Armado de una llave y un destornillador, rotando oportunamente la placa para hacer coincidir la ecuación del tiempo promedio a un lapso de una semana, sumando una hora a la lectura indicada por la sombra sobre el dial, pude constatar una precisión asombrosa: eran exactamente la 10 y 14 minutos..., en mi reloj y en el de Tokutaro.

El reloj había sido concebido para funcionar con la hora huso de 4 al oeste, por ende la corrección de una hora en más se debe por haberse adoptado la hora de verano todo el año.

Espero ahora que se indique con una placa el agregar una hora a la lectura sobre el dial, Y también que se reponga otra placa donde se indicaba la curva de la Ecuación del Tiempo para que futuros 'relojeros' puedan aplicar la justa corrección a un intervalo de una semana cuando la variación es veloz o a cada quince días cuando en lenta.

Otro hecho atractivo sea cultural y turístico, que propondría, es el de levantar el murito donde puede colocarse un simple 'palito' en la parte alta para así obtener pacientemente durante el intervalo de un año una analema del lugar a una hora determinada, posiblemente a una hora cerca del mediodía.

Si el Tiempo me acompañara algo más, podría también hacerme cargo personalmente.

Considerando que los dos relojes de la plaza, el de la Catedral y del Palacio Municipal ya marcaron ya sus instantes de defunción, y difícilmente podrán volver a la vida, el reloj de Tokutaro cuya máquina es el Tiempo, se convierte en el único que pueda informar la hora con expectativas, suscitando curiosidades astronómicas, y quién sabe, una inspiración para tomar el camino de la ciencia relacionada con el espacio, la matemática y la tecnología.

 

 

 

Reloj solar de Tokutaro en en Planetario Galileo Galilei de Buenos Aires

 

 

 

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Última modificación: 19 de abril de 2024