Ignorante no es aquel que desconoce, sino aquel que no quiere aprender.
El Teatro Colón de Mar del Plata
Italianos y españoles inmigrados en Argentina y de otras nacionalidades, si bien no tenían una gran cultura, pues eran hombres de trabajos o dispuestos a trabajar de cualquier cosa para superarse de la pobreza o alejarse de las vicisitudes de los conflictos europeos, amaban el teatro con sus representaciones operísticas o de origen populares. Y para ver teatro tenían que viajar a Buenos Aires que además del alto costo no se disponían puestos para todos. A los tanos y gallegos se los tildaba de ignorantes, pero aquellos ignorantes además de aspirar a una mejor posición social, también se esforzaban para insertarse en el mundo cultural de su época. La Argentina, y por supuesto, Mar del Plata fue el lugar donde los inmigrantes construyeron sus instituciones culturales y por qué no, sus teatros. En todo centro había un gran salón con un escenario. El Club Español representa el súmmum con su teatro con sus dos pisos, el primero como restaurante con hogar y altillo de música, el segundo con bar y salón de billares, mesas de cartas, etc.; en planta baja el nexo con la Madre Patria, el Viceconsulado de España.
Los primeros anhelos de las primeras comunidades españolas recién llegadas en la zona de tener un lugar donde representar hechos artísticos se manifestaron juntos con el desarrollo de la incipiente ciudad. Los primeros espectáculos de comedias y danzas tradicionales se dieron en un caserío sito en la calle Rivadavia entre Córdoba y San Luis. Luego en una casa de madera llamada El Pabellón en un lugar impreciso de la Playa Bristol cerca del lugar donde se construiría el Club Mar del Plata.
El 15 de octubre de 1882, se fundó la Sociedad Española cuyo presidente, don Manuel Martínez propuso la idea de contar con un teatro propio para todo el año donde pudieran organizarse variadas expresiones artísticas como zarzuelas y romerías. El proyecto aclamado por influyentes vecinos dio inicio en el mismo año a la construcción, sobre un terreno cedido por la misma Sociedad Española, de un edificio de mampostería, con techo de chapas a dos aguas, en cuyo interior había escenario, platea y una tertulia como dictaba la costumbre, además de una confitería al frente a la izquierda, llamada La Victoria. Un año después, en 1893 el teatro se inauguraba con la presentación de dos divas: Luisa Tomás que encabezaba una compañía de zarzuela y otra dramática con la actriz Aurora Veyán, contratadas por Fernando Cota, bajo la explotación artística dirigida por Ramón Lojo.
Durante treinta años este teatro ofreció con éxito todo tipo de espectáculos hasta que en 1923 José Fernández Dans, presidente de la sociedad del establecimiento, propuso demolerlo y remplazarlo con una nueva construcción acorde a los tiempos y a los cambios que exigía el acelerado desarrollo de la ciudad.
Poco a poco el quehacer teatral se acrecentó, al mismo tiempo que crecía la cantidad de habitantes de la ciudad. Así es que en 1923 la Sociedad Española de Socorros Mutuos se decide a realizar una reforma total del teatro que deriva en la construcción de una nueva obra. Con proyecto del arquitecto Ángel Pascual y como constructor Martín Marco, en 1924 se inauguró el actual edificio, con un estilo españolizante donde se mezclaron elementos románicos, góticos y renacentistas. Los interiores presentan una gran riqueza ornamental de inspiración morisca, con azulejos decorados y artesonados en el techo de excelente factura.
Luego la propiedad pasó en mano del Club Español, hasta nuestros días. Desde hace años, la Municipalidad alquilo el teatro que lo administra a través de la Secretaría de Cultura. El teatro tiene capacidad para 600 espectadores entre platea, dos niveles de palcos y el paraíso. Con pocas modificaciones mantiene su aspecto tal como fue imaginado y construido hace casi 90 años.
