| |
Empanadas mendocinas
Ingredientes
- Masa: 1 kilo de harina, 300 gramos de grasa de cerdo (o mitad de
manteca y mitad de grasa), 350 cc. de agua con una cucharadita de sal.
- Relleno: 150 gramos de grasa colorada, 700 gramos de cebollas picadas,
500 gramos de carne cortada a cuchillo en cuadraditos, 4 huevos duros
picados, 2 cebollas de verdeo, 100 gramos de aceitunas negras fileteadas, 1
cucharada de ají molido, pimienta, orégano, sal.
Preparación
- Para la elaboración del relleno se empieza a rehogar la cebolla
picada en la grasa, una vez trasparente se agrega la carne picada a mano y
se hace tomar color, luego la sal, el ají molido dulce, la pimienta y algo
de orégano, Retirar del fuego y añadir las dos cebollas de verdeo bien
picadas y las aceitunas negra fileteada. Enfriar y hacer descansar
este relleno unas cuantas horas en la heladera.
- Para la elaboración de la masa se pone la harina sobre tabla dándole
forma de corona y en el centro se vierte la grasa derretida y tibia. Se toma
la masa y agregando la salmuera también tibia se trabaja el bollo hasta
obtener una masa lisa y suave. Es tradicional hacer rollos de unos cinco centímetros
de diámetro y hacerlos descansar una o dos horas al frío. Al momento
de hacer las tapas se corta el rollo de masa en tajadas de dos centímetros,
se lo aplana con un palote hasta que quede un disco de 10/13 cms. Se recorta
con corta-pasta.
- Para realizar el armado de la empanada, se disponen sobre la mesa varias
tapas, se les acomoda una cucharada de relleno y una cucharadita de
huevo duro picado fino. Se mojan los bordes y se repulgan. Se hornean
a temperatura alta y previamente pueden pintarse con grasa derretida.
Pastel de papas
mendocino
Ingredientes
- Masa: 300 gramos de harina, 1 cucharada de
grasa de pella, 1 taza de salmuera tibia. Relleno: 2
cebollas medianas, 1 cucharada de grasa, 350 gramos de carne picada, sal,
pimienta, 1 cucharada de pimentón. 1 kilo de papas, 3 huevos, 70 gramos de
queso rallado, 100 gramos de aceitunas verdes descarozadas, 3 huevos duros, azúcar
y canela.
Preparación
- En un bol mezclar la harina con la grasa de
pella , agregar salmuera tibia hasta obtener un bollo liso y
consistente que extendido con un espesor de menos de un centímetro cubra el
fondo de una fuente para horno.
- Relleno: rehogar la cebollas picadas en la
grasa, agregar la carne picada, sal, pimienta y pimentón. Cocinar unos
minutos revolviendo hasta que la carne cambie de color y retirar de fuego.
Mientras tanto hervir las papas con o sin piel y hacer un puré al cual se
le mezclarán los tres huevos batidos y dos cucharadas de queso
rallado.
- A la hora de armar el pastel, colocar el relleno
de carne en el fondo de la fuente forrado con la masa, y arriba con
rodajas de huevos duros y aceitunas picadas. Terminar cubriendo con el puré
de papas, alisar la superficie y espolvorear con azúcar y canela.
Hornear a temperatura media fuerte hasta dorar ligeramente. Hacer descansar
un poco y servir porciones abundantes...
Los vinos de Mendoza
¿Qué nos preguntamos,
cuando un catador observa a través del cristal transparente de una copa
inclinada, el vino en su interior? ¿No será el resultado del esfuerzo, la
sabiduría, la mucha paciencia, la artesanía y la ciencia de hoy día?
Del
color, el catador, releva los primeros indicios de la bondad del vino. En el
color está buena parte de su historia: la perfecta adaptación de la cepa al
suelo y al clima, la acertada poda para conseguir bayas de alta calidad con una
correcta maduración del racimo abrazado intensamente por el sol de Mendoza.
Un gran médico científico,
Luis Pasteur, decía que el vino es la bebida más sana y saludable de todas las
que existen. Otro gran médico, argentino, René Favoloro, decía que una o dos
copas diaria de vino tinto previenen el riesgo de enfermedades cardíacas.
Tomar una copa de vino
implica conducta y postura, gestos y actitudes que siempre delatan la cultura
del buen beber y es signo de bienestar y buen comer.
Los países productores de
vino, como Italia, España y Argentina, nunca manifiestan graves problemas
sociales de alcoholismo o simplemente de embriaguez.
Sin restar la importancia
que merecen provincias como Salta, La Rioja, San Juan y otras,
Mendoza simboliza la provincia por excelencia, productora del mejor vino
argentino.
En los últimos veinte años,
con la incursión de los amigos de Don Mac, y respectiva difusión de horribles
botellas de plástico cada vez de mayor capacidad llenas de aguas azucaradas y
de colores atractivos, el vino mermó en producción y consumo. Pero, nuestros
hombres de las viñas, no se dieron
por vencidos y reestructurándose se adaptaron felizmente a los tiempos
críticos de los años noventa: se cambió cantidad por calidad.
En el mercado nacional
aparecieron nuevas y atrayentes etiquetas en botellas con excelentes contenidos,
cosechando premios en el exterior que solamente desde hace tiempo atesoraban los
europeos.
En Argentina, hace cuatro
siglos, fue un fraile mercedario, a introducir la vid en la provincia de
Santiago del Estero. Desde allí, se difundió progresivamente en las tierras
semiáridas del País. Las tierras cuyanas, su clima y sus habitantes de origen
mediterráneo, se conjugaron para
lograr excepcionales cepas y más extraordinarios vinos.
Para los blancos podemos
destacar la cepa Chardonnay, de mayor calidad, con la cual se elaboran vinos
ricos y equilibrados con aroma y sabor persistente. Con la Sauvignon Blanc se
logran vinos con destacada personalidad, sabor a hierbas, secos y ácidos.
Para los vinos tintos la cepa criolla Malbec, ya reconocida mundialmente,
da vinos de gran cuerpo, intenso color y óptima acidez. La Cabernet Sauvignon
genera un vino con fuerza y presencia, aroma intenso y por lo tanto rey sin
dudas de los tintos. Con la Merlot
se obtiene un vino más tenue de carácter que el anterior, suave y ligero. Con
la Shirah se logra un vino de color intenso, especiado, con un dejo de sabor en
la boca.
Alguien continuará esta
historia cuando Ud. visitará Mendoza y sus bodegas famosas o no tan notorias,
donde podrá degustar los mejores vinos de Argentina.
No me despido sin antes
ofrecerles una receta en donde el vino es preponderante en la preparación.
Peras
al borgoña - Muchos
"chefs" arruinaron esta receta tan sencilla con complicadísimos
firuletes. Nosotros la describiremos tal cual me la sugirió una dama
mendocina, cuyo nombre es simplemente María.
Ingredientes
-
6 peras tipo
Packman's (duritas), 150/200 gramos de azúcar, 1 rama de canela y/o una cáscara
de limón, 1 botella de 70/75 cl. de vino tipo borgoña de calidad, (no
necesariamente caro).
Preparación
-
Pelar las peras
dejando los rabillos, recortar las bases para que queden bien paradas. En una
cacerola de borde alto, acomodar las peras , verter el vino,
agregar el azúcar , la ramita de canela y/o una cáscara de limón
fresco. Llevar
a ebullición sostenida para que el hervor envuelva las peras, es preferible
tapar el recipiente, cuidando de no consumir todo el vino antes de estar tiernas, cosa que constatará con la penetración de un palillo en
cada una. Debe quedar un almíbar espesito y la cantidad justa pasta mojar
cada pera con una cucharada el el momento de servir. Esta es la única
dificultad para realizar este postre, así que no se aleje de la
cocina. Dejar enfriar y guardar en heladera en un bol de vidrio.
Pueden servirse sola con una cucharada de almíbar o si quiere lucirse con
sus invitados, corte cada pera por la mitad, saque lo duro de parte central,
corte longitudinalmente no del todo y aplaste levemente con con los dedos
para
que se forme un abanico. Así que ponga dos media peras, con la forma
indicada, en un
plato, moje con el almíbar de vino y coloque a lado una buena cucharada de
crema chantilly, espolvoree con cacao amargo, etc., etc.....Toda su
imaginación puede estar presente en este contundente postre.
Volver
|