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Mar del Plata,
26 de febrero de tarde temprana:
los buques
escuela de la regada Velas Sudamérica 2010 frente al Torreón del Monje.
Salida hacia
Montevideo.
Para celebrar el Bicentenario de las respectivas Primera
Junta Nacional de Gobierno, las Armadas de Chile y Argentina se han
unido en la organización del encuentro y regata internacional de grandes
veleros "Velas Sudamérica 2010".
El evento
reunirá a varios de los más grandes veleros del mundo: bergantines,
goletas y fragatas, tanto civiles como militares, de distintos países de
América y Europa, que navegarán durante cinco meses en una travesía de
conmemoración y amistad por los mares de América del Sur y del Caribe.
Este desafío único congregará a más de un millar de marinos en los
puertos más importantes de la región, surcando lugares emblemáticos para
los navegantes de todos los tiempos, como lo es la circunnavegación del
mítico Cabo de Hornos. Miles de visitantes en los catorce puertos,
tendrán la oportunidad de vivir esta experiencia inolvidable
compartiéndola con sus protagonistas.
El segundo
puerto de la regata ha sido Mar del Plata, después de Rio de Janeiro.
Aquí el venturoso raid fotográfico:
La aventura de
Verónica
El martes 16 de marzo estaba a la expectativa sobre la
llegada de la fragata Libertad, del velero Cuauhhtémoc y del
Esmeralda. Ésta estaba con problemas y navegaba a
motor. Tratando de informarme, me entero que sale a las 9.00 hs
una lancha con periodistas para acercarse en el mar a los
buques. Recordé que escribo regularmente en el diario Puerto
Marplatense y me acerqué a la Base Naval. En realidad, ya soy
persona conocida con tantas veces que he ido a la Base Naval ya sea
para escribir mi libro de los buzos o por gestiones del Instituto
Browniano, pues desde el año pasado soy la vicepresidente de
la filial local. Con un ejemplar del diario Puerto Marplatense
me fui a hablar con los responsables y ver si era posible
embarcar en esa lancha.¡Qué ganas de ver los veleros navegando
cerca de uno!
En la Base Naval, el corresponsal naval Oscar Filippi,
enseguida me aceptó para integrar el grupo de periodistas que
embarcaría. No eran muchos, al contrario. Esperando en el
muelle, un conocido filmador del programa Comunidad Portuaria me
alertó: mirá que la lancha se mueve, y se mueve mucho. No
importa, pensé, estaba decidida a ver de cerca la fragata
Libertad.
Poco después de las 9.00 embarcamos en la lancha
patrullera Punta Mogotes. Y, como me habían prevenido, ¡se movía
mucho! Un costado, otro costado, el agua se transforma casi en
pared, un lado, el otro...pero, el momento de más movimiento fue
cuando intentamos abordar la fragata Libertad. Íbamos a subir
pero no se pudo. Era un gran riesgo hacerlo por el movimiento y
la gran altura de la escalera. Nos conformamos con sacar fotos.
Dimos una vuelta para fotografiarla con la vista de la ciudad de
Mar del Plata de fondo.
Ante el intento fallido de abordar pero contentos
de sacar fotos a la querida Libertad, la lancha Punta Mogotes
siguió navegando. Para ese momento, ya me estaba acordando de lo
bien que había desayunado. Le pregunto a Oscar Filippi:
-¿Volvemos a puerto? Me contesta: -No, vamos a tratar de llegar
al Cisne Branco. Ay, pensé, ¡el Cisne Branco está lejos! Y mi
estómago está empezando a sentir el movimiento. El Cisne Branco,
buque de la Armada del Brasil, había llegado a la meta el lunes
15 de febrero a las 17. Fue rapidísimo. En vez de quedarse
quieto, fondeado cerca de la costa empezó a dar vueltas. ¡Es un
cisne inquieto! Pensaba yo...debe estar lejos...y más
navegación, más mi estómago sufría. Pero, efectivamente, el
inquieto y veloz Cisne Branco estaba lejos. En cambio, se
acercaba el velero de la hermana república de Chile, Esmeralda.
Empezamos a retornar a puerto y nos cruzamos con la Esmeralda,
ocasión que me permitió sacarle fotos. Se puede apreciar el daño
que recibió en su bauprés.
Las vueltas
del Cisne Branco de la Armada del Brasil
La Esmeralda
de la Armada de Chile averiada
En puerto: Escollera Norte y Base Naval
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